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La gobernadora de Dakota del Sur presenta dos proyectos de ley que prohibirían la mayoría de los abortos

El estado de Dakota del Sur pronto seguirá a Texas y Mississippi con una legislación que recortará considerablemente el derecho al aborto en el estado y desafiará directamente el precedente establecido por el caso Roe v Wade.

Kirsti Noem, la gobernadora conservadora del estado, presentó la semana pasada un par de proyectos de ley, uno de los cuales prohibiría los abortos después de detectar el latido del corazón del feto, es decir, entre las cinco y las siete semanas de embarazo. Esta norma está muy alejada de la establecida en la histórica sentencia del Tribunal Supremo sobre el derecho al aborto en el caso Roe v Wade, que prohíbe los abortos antes de que comience el tercer trimestre del embarazo.

El segundo proyecto de ley codificaría una reciente orden ejecutiva firmada por Noem, que prohíbe la remisión de abortos a través de visitas médicas virtuales.

Si se aprueba, la prohibición sería el tercer desafío directo a Roe, después de un proyecto de ley de Texas que prohíbe los abortos después de 10 semanas y un proyecto de ley de Mississippi que los prohíbe después de 15 semanas de embarazo. El proyecto de ley de Texas es muy controvertido también por sus propios méritos, gracias a una disposición que prohíbe a los funcionarios estatales hacerla cumplir y, en su lugar, encarga a los residentes que hagan cumplir la ley a través del sistema judicial mediante un sistema de recompensas.

Su anuncio coincidió con la Marcha por la Vida, una marcha anual contra el aborto celebrada en Washington DC, que tuvo lugar el sábado.

“Cada vida humana es única y hermosa desde el momento en que se concibe. Cada vida es digna de nuestra protección, digna del derecho a vivir”, declaró Noem en un comunicado. “Esperamos que la Marcha por la Vida de este año sea la última y que el Tribunal Supremo proteja por fin toda vida no nacida. Pero hasta que eso ocurra, estos proyectos de ley garantizarán que tanto los niños no nacidos como sus madres estén protegidos en Dakota del Sur”.

La gente asiste a la manifestación de la Marcha por la Vida en el National Mall de Washington, el viernes 21 de enero de 2022. La Marcha por la Vida, que durante décadas ha sido una protesta anual contra el aborto, llega este año cuando el Tribunal Supremo ha indicado que permitirá a los estados imponer restricciones más estrictas al aborto con una sentencia en los próximos meses (AP)

Su comunicado de prensa continuó destacando el descenso del 80 por ciento de los abortos realizados en el estado en los últimos 10 años.

Se considera que el Partido Republicano lleva a cabo un gran impulso para restringir aún más el derecho al aborto en EE.UU. gracias a la nueva confianza que el movimiento antiabortista ha mostrado hacia la confirmación de la prohibición del aborto por parte del Tribunal Supremo; esa confianza es el resultado directo de las tres confirmaciones exitosas de jueces considerados por los partidarios del derecho al aborto como hostiles al precedente de Roe v Wade durante la administración Trump.

Se considera que los nominados de Donald Trump al más alto tribunal de la nación han cimentado una mayoría conservadora en el banquillo para las próximas décadas y tienen el potencial de plantear la primera gran amenaza al derecho al aborto desde que se decidió Roe v Wade.

Los activistas se reunieron en DC el año pasado mientras se escuchaban los argumentos orales en el caso de la ley de Mississippi ante el tribunal. Numerosos legisladores demócratas, incluido el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, asistieron a las manifestaciones a favor del derecho al aborto, mientras que los políticos del Partido Republicano optaron en gran medida por apoyar a los manifestantes antiabortistas a través de las redes sociales, si es que lo hicieron.

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