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El gobierno de Biden invita a los ciudadanos estadounidenses a ayudar a establecerse a los refugiados

En un gran esfuerzo por abrir la puerta a más reasentamientos de refugiados, el gobierno de Biden empezará a invitar a los ciudadanos estadounidenses a patrocinar directamente la llegada a sus comunidades de miles de desplazados de todo el mundo.

Una nueva política que permite la participación de ciudadanos particulares en el reasentamiento de familias vulnerables, que se anunciará el jueves, marca la reorientación más significativa del programa estadounidense de refugiados desde su creación hace más de cuatro décadas.

Desde 1980, nueve organizaciones sin fines de lucro financiadas con fondos federales, como el Comité Internacional de Rescate y HIAS, se han encargado de gestionar todo el reasentamiento de refugiados en Estados Unidos, incluyendo la búsqueda de vivienda y trabajo para las familias que llegan, así como su inscripción en clases de inglés y su ayuda para conseguir citas médicas y conocer las rutas de los autobuses.

Con el nuevo programa, denominado “Welcome Corps”, los ciudadanos particulares asumirán también la responsabilidad logística y financiera de ayudar a miles de refugiados en su transición a la vida en Estados Unidos.

La iniciativa es similar a un modelo utilizado en cerca de quince países, entre ellos Canadá, donde funciona desde hace muchos años y los expertos en reasentamiento lo consideran un éxito.

Recurrir a los ciudadanos estadounidenses para que ayuden a establecerse a refugiados podría aumentar de manera sustancial el número de desplazados reasentados de África, Oriente Medio y otras zonas conflictivas, así como también sufragar el costo para el gobierno. El número de refugiados acogidos en Estados Unidos se desplomó durante el gobierno de Trump, que destruyó la infraestructura de admisión de refugiados tanto en Estados Unidos como en el extranjero, donde las personas vulnerables que buscan refugio seguro son investigadas, entrevistadas y procesadas.

Altos funcionarios del Departamento de Estado, que está estableciendo la nueva iniciativa, dijeron que era parte de la agenda más amplia del gobierno para fortalecer, modernizar y expandir el programa de refugiados de Estados Unidos. También puede servir para reforzar el apoyo público al reasentamiento de refugiados, importante para avanzar en los objetivos de la política exterior estadounidense, señalaron.

La refugiada afgana Fakhria Amirzad, cuya familia fue apadrinada por una pareja de California para su reasentamiento, en su casa con el menor de sus cuatro hijos, en Walnut Creek, California, el 18 de enero de 2023. (Rachel Bujalski/The New York Times)
La refugiada afgana Fakhria Amirzad, cuya familia fue apadrinada por una pareja de California para su reasentamiento, en su casa con el menor de sus cuatro hijos, en Walnut Creek, California, el 18 de enero de 2023. (Rachel Bujalski/The New York Times)

“Creemos que involucrando a más estadounidenses en este esfuerzo, reconstruiremos un amplio apoyo público al programa de reasentamiento de refugiados”, aseguró Julieta Valls Noyes, secretaria adjunta de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado, antes del lanzamiento del programa.

Las organizaciones sin fines de lucro contratadas por el Departamento de Estado para gestionar el reasentamiento de refugiados han tenido dificultades desde que el gobierno de Trump diezmó el programa, al recortar las llegadas anuales de refugiados de 70.000 a casi 11.000, lo que obligó a las organizaciones sin fines de lucro a despedir personal y cerrar operaciones en muchos lugares.

El presidente Joe Biden asumió el cargo prometiendo admitir a miles de refugiados más. Las organizaciones sin fines de lucro aún estaban recuperándose cuando el éxodo estadounidense de Afganistán en agosto de 2021 provocó una evacuación masiva de aliados. Los limitados recursos se desviaron a los evacuados y los refugiados de otros países, algunos de los cuales ya habían esperado años para llegar a Estados Unidos, se vieron aún más retrasados.

La nueva iniciativa de patrocinio privado pretende ampliar la capacidad del programa y acelerar las llegadas. Los grupos de un mínimo de cinco personas que estén dispuestos a apadrinar a una familia de refugiados deberán recaudar al menos 2275 dólares por refugiado para poder participar. Se espera que los patrocinadores privados proporcionen a las nuevas familias de refugiados el mismo amplio apoyo que las agencias sin fines de lucro, que seguirán reasentando a la gran mayoría de los refugiados.

En el primer año de Welcome Corps, el objetivo es movilizar al menos a 10.000 estadounidenses para que ayuden al menos a 5000 refugiados y, a continuación, ampliar el programa hasta convertirlo en un elemento duradero del sistema de refugiados. Se espera que los primeros refugiados que reciban ayuda de patrocinadores privados lleguen en abril.

“Esperamos que sea tan conocido y atraiga a tantos estadounidenses como el Cuerpo de Paz”, declaró Valls Noyes. “Aprovechará la energía, la experiencia y los recursos de las comunidades de todo el país y las fortalecerá en el proceso”.

“No es la panacea, pero poner el patrocinio directamente en manos de los estadounidenses podría aumentar drásticamente la capacidad de Estados Unidos para acoger refugiados”, afirmó Sasha Chanoff, director ejecutivo de RefugePoint, una organización sin fines de lucro que identifica refugiados en todo el mundo para su reasentamiento en Estados Unidos y otros países.

El modelo de patrocinio privado ya se ha puesto a prueba en los dos últimos años con refugiados de Afganistán y Ucrania.

En esos casos, se invitó a patrocinadores privados a presentarse para aumentar la capacidad de las agencias de reasentamiento sobrecargadas.

En octubre de 2021, el Departamento de Estado se asoció con Community Sponsorship Hub, una organización sin fines de lucro que aunó esfuerzos con organizaciones locales y nacionales para poner en marcha un programa de círculos de patrocinio para afganos.

Estadounidenses de 33 estados formaron grupos en iglesias, sinagogas y entre amigos para recaudar dinero y ayudar a las familias afganas. “Descubrimos que los estadounidenses están ansiosos y dispuestos a acoger cuando se les da la oportunidad de hacerlo”, afirmó Sarah Krause, directora ejecutiva y cofundadora de Community Sponsorship Hub.

El Centro de Patrocinio Comunitario examinará y certificará a los patrocinadores privados que presenten su solicitud en línea en welcomecorps.org, un proceso que implicará la comprobación de antecedentes y la demostración de la capacidad financiera. Los patrocinadores deberán recaudar de forma independiente 2275 dólares por cada persona que reasienten, la misma cantidad que actualmente proporciona el gobierno a las organizaciones sin fines de lucro que reciben a refugiados. Los patrocinadores privados no recibirán dinero del gobierno, pero en el futuro podría disponerse de fondos filantrópicos para ciudadanos particulares que deseen participar, pero no dispongan del dinero necesario.

Una vez emparejados, los patrocinadores estadounidenses serán responsables de proporcionar de manera directa asistencia esencial a los refugiados durante sus primeros 90 días en sus comunidades. Esta asistencia incluye ayudar a los refugiados a encontrar vivienda y empleo, matricular a los niños en la escuela y conectar a los refugiados con los servicios esenciales de la comunidad.

Mary Brooks, gestora de patrimonio en California, se enteró de la oportunidad de apadrinar a una familia en las redes sociales en septiembre de 2021, un mes después de la retirada de Estados Unidos de Afganistán. De pronto, Brooks y su marido, Peter, habían formado un círculo de apadrinamiento con otros miembros de su comunidad en Walnut Creek, habían recaudado el dinero necesario y habían recibido formación sobre sus responsabilidades, así como sobre cómo afrontar las diferencias culturales y los traumas.

Se les asignó una familia afgana, Abrahim y Fakhria Amirzad y sus cuatro hijos, que llegaron a Walnut Creek el 30 de diciembre.

Los padrinos consiguieron un alojamiento temporal para los Amirzad, vacunaron a los niños, los matricularon en la escuela y les dieron clases de conducir. Un miembro de la comunidad donó una miniván para acomodar a la numerosa familia, que desde entonces ha crecido hasta tener cinco hijos.

Mary Brooks se maravillaba de lo rápido que se había aclimatado la familia: la hija mayor de la pareja, Bibi Ayesha, de 11 años, se ha unido a las Chicas Exploradoras. Abrahim Amirzad, enfermero en un hospital militar estadounidense en Kabul, Afganistán, está haciendo un curso de flebotomía, el primer paso para lograr su objetivo de volver a ejercer su profesión.

“Hemos recibido mucho más de lo que hemos dado”, comentó Brooks, de 68 años, señalando que el compromiso de 90 días se había extendido a más de un año debido al profundo vínculo que se formó entre la familia y su grupo.

“Personalmente, estaría dispuesta a volver a hacerlo”, afirmó. “Esto cambia la vida de una familia para siempre”.

Amirzad aseguró que su familia había prosperado con la atención personalizada.

“El círculo de patrocinadores ha estado a nuestro lado en todo momento”, dijo. “Cualquier cosa que necesitáramos, de día o de noche, sabíamos que había gente a la que llamar para ayudarnos”.

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