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Cinco cosas que vale la pena conocer de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles.

La novena Cumbre de las Américas, organizada esta semana por Estados Unidos en Los Ángeles, comenzó con pocas expectativas.

Un boicot por parte de México y otros países de la reglón por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua amenazó con descarrilar el evento. Y la agenda de la administración del presidente Joe Biden para la reunión, en particular su componente económico, ha sido criticada por observadores y analistas regionales debido a su carencia de ambición y claridad.

Esta semana, funcionarios estadounidenses respondieron a las críticas, presentando una serie de iniciativas en varias áreas que, según ellos, suponen un progreso significativo hacia la cooperación regional.

“Es un momento crítico para este hemisferio”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en la cumbre el miércoles, enumerando varias crisis que afectan a la región, como la pandemia del COVID-19, el aumento de la desigualdad, el cambio climático y la migración “histórica”.

“Son cosas que tendrán un impacto si las cumplimos”, dijo.

Entre los compromisos de Estados Unidos prometidos hasta ahora:

1. Proporcionar ayuda para la seguridad alimentaria

El gobierno de Estados Unidos prometió $331 millones en ayuda para la seguridad alimentaria de la región y estableció una colaboración con Argentina, Brasil, Canadá, Chile y México —los mayores exportadores de alimentos del hemisferio— para aumentar la producción de alimentos y fertilizantes. Aunque algunos expertos de la región dijeron que la suma era insuficiente para satisfacer las necesidades de la región, donde el número de personas que viven con hambre aumentó en 13.8 millones en solo un año en medio de la pandemia, los funcionarios de la administración de Biden dijeron que financiaría la ayuda crítica de emergencia y a largo plazo.

“La inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe está aumentando después de más de un año de presiones inflacionarias, el aumento de los precios de la energía y el combustible, los problemas causados por la pandemia mundial, el impacto del cambio climático las condiciones extremas del clima y el impacto de la guerra en Ucrania”, dijo la administradora de USAID, Samantha Power. “Los países que dependen significativamente de la importación de alimentos son particularmente vulnerables al aumento de los precios y muchos en la región están enfrentando las tasas más altas de inflación y aumentos de los precios de alimentos en más de 10 años”.

Aunque $198 millones del compromiso de USAID se destinarán a programas de seguridad alimentaria de emergencia, los fondos restantes, comprometidos para necesidades a un largo plazo mayor, están sujetos a la aprobación del Congreso. Si se aprueban, los $132 millones restantes se destinarán a ayudar a los pequeños agricultores de Colombia, Guatemala, Haití, Honduras y Perú a mejorar la productividad de los cultivos hortícolas de alto valor, a aumentar los ingresos y a reforzar la capacidad de los agricultores para resistir las crisis de precios, dijo Power.

2. Colaboración sobre el clima

El gobierno de Biden lanzó una nueva asociación con los países del Caribe con el objetivo de apoyar la adaptación al cambio clima y la seguridad energética en la región para 2030. La iniciativa, dirigida por la vicepresidenta Kamala Harris, se centra en mejorar el acceso regional a la financiación del desarrollo para iniciativas climáticas y facilitar las inversiones en energías limpias.

De manera más amplia en la región, la Casa Blanca dijo que comenzaría a trabajar estrechamente con cuatro bancos regionales que pusieron a disposición $50,000 millones en los próximos cinco años para apoyar medidas climáticas ambiciosas, y prometió $12 millones para apoyar a Brasil, Colombia y Perú en la preservación del Amazonas.

Estados Unidos se negó a poner un precio al paquete y las naciones caribeñas, que llevan mucho tiempo insistiendo en la necesidad del apoyo de Estados Unidos para conseguir financiación a bajo interés en condiciones favorables, dicen que la recepción de la promesa de Estados Unidos dependerá de la financiación.

3. Crear un marco para la cooperación económica

La administración dijo que una nueva asociación económica denominada Alianza para la Prosperidad Económica en el Continente Americano tiene como objetivo movilizar nuevas inversiones en la región, combatir el cambio climático y agilizar las cadenas de suministro regionales. El presidente Joe Biden también dijo que se compromete a reformar el Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo y a invertir en la rama de préstamos al sector privado del BID. Aunque la cumbre no se traducirá en nuevos acuerdos comerciales, funcionarios dijeron que el marco pretende fortalecer la cooperación mientras China sigue ampliando su influencia económica en la región.

Los expertos llevan tiempo aconsejando a la administración que integre mejor a América Latina en las cadenas de suministro de Estados Unidos. Las empresas de tecnología verde han puesto sus ojos en los vastos suministros de cobre, litio y otros minerales codiciados de América Latina, pero estos países necesitan mejorar su infraestructura y sistemas energéticos para convencer a las empresas de que inviertan, dijo Benjamin Gedan, director en funciones del Programa para América Latina del Wilson Center.

“No hay señales de que Biden haya encontrado nuevos recursos significativos para invertir en América Latina”, dijo Gedan. “Pero parece que se ha decidido por otra forma de ayudar, ampliando la elegibilidad para la ayuda y los préstamos de Estados Unidos que tradicionalmente se reservan para los países pobres”.

4. Capacitación de personal de salud

En respuesta a la pandemia de coronavirus —y en previsión de futuras crisis—, Estados Unidos y la Organización Panamericana de la Salud anunciaron la creación del Cuerpo de Salud del Continente Americano, una asociación entre gobiernos e instituciones académicas de toda la región que ampliará y capacitará a un máximo de 500,000 nuevos trabajadores de la salud pública para 2030.

La directora de la OPS, la Dra. Carissa Etienne, dijo el mes pasado que la región enfrentaba un déficit de 600,000 profesionales de la salud, lo cual afectaba gravemente a las áreas rurales y desatendidas de la región. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud estima que, por los efectos de la pandemia, unos 115,000 trabajadores sanitarios murieron entre enero de 2020 y mayo de 2021 en todo el mundo.

“La pandemia puso al descubierto no podemos seguir ignorando las antiguas deficiencias de nuestros sistemas de salud”, dijo el Dr. James Fitzgerald, director del Departamento de Sistemas y Servicios de salud de la OPS. “Damos la bienvenida a esta oportunidad de trabajar junto con Estados Unidos para equipar a la próxima generación del personal de salud en el continente americano”.

5. Declaración de compromisos en materia de migración

Aunque los presidentes de México, Honduras y Guatemala —países críticos en la crisis migratoria regional— declinaron participar en la cumbre de Los Ángeles, sus gobiernos trabajaron estrechamente durante semanas con sus homólogos estadounidenses en una Declaración de Los Ángeles sobre la Migración que se anunciará oficialmente el viernes.

“La declaración representa un compromiso mutuo para invertir en soluciones regionales que mejoren la estabilidad, aumenten las oportunidades para una migración segura y ordenada a través de la región y adopten medidas contra la delincuencia y el tráfico de personas que se aprovechan de la gente desesperada”, dijo Biden en la cumbre el miércoles.

Harris también anunció nuevos compromisos de inversión del sector privado estadounidense para crear oportunidades económicas en Centroamérica, un pilar fundamental de la estrategia del presidente para abordar las causas fundamentales de la migración. Los compromisos suman un total de $3,200 millones desde mayo de 2021, pero muchos dudan que el dinero se asigne con la suficiente rapidez para dar salida a los niveles sin precedentes de migrantes en movimiento.

Persisten las preguntas sobre cómo la administración puede lograr resultados cuando varios líderes centroamericanos y los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua –tres países que se han convertido en importantes fuentes de migrantes– no asistieron a la cumbre.

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