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Las autoridades afirman que Rusia se sobrepone a las sanciones para ampliar la producción de misiles

WASHINGTON — Autoridades estadounidenses, europeas y ucranianas afirman que Rusia se las arregló para sobreponerse a las sanciones y los controles de exportación impuestos por Occidente para ampliar su producción de misiles por encima de los niveles anteriores a la guerra, lo que deja a Ucrania muy vulnerable a la intensificación de los ataques en los próximos meses.

Además de gastar más de 40.000 millones de dólares en suministrar armas a Ucrania, Estados Unidos ha hecho del freno al suministro militar ruso una parte clave de su estrategia de apoyo a Kiev.

Como resultado de las sanciones, los funcionarios estadounidenses estiman que Rusia se vio obligada a disminuir de manera drástica su producción de misiles y otras armas al comienzo de la guerra en febrero de 2022 durante al menos seis meses. Pero a finales de 2022, la fabricación industrial militar de Moscú comenzó a acelerarse de nuevo, según reconocen ahora funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato para revelar la delicada evaluación.

Rusia eludió los controles de exportación de Estados Unidos mediante el uso de sus servicios de inteligencia y su Ministerio de Defensa para dirigir redes ilícitas de personas que contrabandean componentes clave exportándolos a otros países desde los que pueden ser enviados a Rusia con mayor facilidad. En menos de un año desde el comienzo de la guerra, Rusia restableció el comercio de componentes críticos enviándolos a través de países como Armenia y Turquía. Los reguladores estadounidenses y europeos han intentado colaborar para frenar la exportación de chips a Rusia, pero han tenido dificultades para impedir que el flujo pase por países vinculados a Moscú.

La reactivación de la producción militar rusa es un motivo de especial preocupación porque Moscú ha utilizado la artillería para golpear a los soldados ucranianos en el frente y sus misiles para atacar la red eléctrica y otras infraestructuras críticas, así como aterrorizar a los civiles en las ciudades. Las autoridades temen que el aumento de las reservas de misiles signifique un invierno especialmente oscuro y frío para los ciudadanos ucranianos.

Mientras tanto, el Pentágono trabaja para encontrar formas de ayudar a los ucranianos a abatir con más eficacia los misiles y aviones no tripulados disparados por Rusia contra objetivos civiles en Kiev y objetivos militares en todo el país. El Pentágono ha proporcionado sistemas de defensa antiaérea Patriot y convencido a sus aliados para que proporcionen munición de defensa antiaérea S-300, cuya eficacia está comprobada. También ha proporcionado otras defensas antiaéreas, como el sistema Avenger y el sistema de defensa antiaérea Hawk.

No obstante, Ucrania no dispone de suficientes sistemas de defensa antiaérea para cubrir todo el país y debe elegir los emplazamientos que defiende. Según las autoridades ucranianas, el aumento del bombardeo de misiles podría superar las defensas aéreas del país.

En octubre, Estados Unidos reunió en Washington a funcionarios internacionales en un intento de reforzar las sanciones contra la economía rusa. En aquel momento, los funcionarios estadounidenses dijeron que creían que las sanciones y los controles a la exportación funcionaban hasta cierto punto porque disuadían a los países de enviar microchips, placas de circuitos, procesadores informáticos y otros componentes necesarios para el armamento guiado de precisión, así como componentes necesarios para motores diésel, helicópteros y tanques.

Pero Rusia se adaptó pronto con iniciativas propias para asegurar el suministro de las piezas necesarias.

En este momento, las autoridades rusas reconstruyeron su economía para centrarse en la producción de defensa. Con los ingresos procedentes de los altos precios de los energéticos, los servicios de seguridad y el Ministerio de Defensa rusos han logrado introducir de contrabando la microelectrónica y otros materiales occidentales necesarios para los misiles de crucero y otro armamento guiado de precisión. Como resultado, la producción militar no solo se ha recuperado, sino que ha aumentado.

Un alto funcionario de defensa de Occidente comentó que, antes de la guerra, Rusia podía fabricar 100 tanques al año; ahora, produce 200.

Los funcionarios de Occidente creen que Rusia está en vías de fabricar 2 millones de proyectiles de artillería al año, el doble de la cantidad que los servicios de inteligencia occidentales habían estimado inicialmente que Rusia podía fabricar antes de la guerra.

Como resultado de este impulso, Rusia produce más municiones que Estados Unidos y Europa. Kusti Salm, un alto funcionario del Ministerio de Defensa estonio, calculó que, en términos generales, la producción actual de munición rusa es siete veces superior a la de Occidente.

Salm agregó que los costos de producción de Rusia son mucho más bajos que los de Occidente, en parte debido a que Moscú sacrifica la seguridad y la calidad en su esfuerzo por fabricar armas más baratas. Por ejemplo, a un país occidental le cuesta de 5000 a 6000 dólares fabricar un proyectil de artillería de 155 milímetros, mientras que a Rusia le cuesta unos 600 dólares producir un proyectil de artillería equivalente de 152 milímetros.

A pesar de ello, Rusia enfrenta algunas desventajas. No dispone de grandes inventarios de misiles, aunque tiene más existencias de algunos tipos, como el misil de crucero lanzado desde el aire Kh-55, que al principio de la guerra, según personas informadas por los servicios de inteligencia.

“En ciertas áreas, han podido aumentar la producción de manera significativa”, comentó Dmitry Alperovitch, experto en seguridad internacional y presidente de Silverado Policy Accelerator, un grupo de expertos con sede en Washington.

En los casos en que Rusia necesita millones de un componente concreto, los controles de exportación pueden paralizar la producción. Pero los chips necesarios para fabricar un par de cientos de misiles de crucero cabrían en unas pocas mochilas, lo que hace que eludir las sanciones sea un proceso más o menos sencillo, según Alperovitch.

Funcionarios estadounidenses afirmaron que pueden retrasar, pero no impedir, que Rusia introduzca de contrabando las piezas que necesita para la producción de misiles y que no era realista pensar que Moscú no reaccionaría ante las restricciones estadounidenses. Según el Departamento de Comercio, Rusia se ha adaptado enviando componentes a otros países y desviándolos de nuevo a Rusia.

“Como los controles estaban teniendo un impacto palpable, el gobierno ruso no se limitó a cruzarse de brazos y decir: ‘Nos descubrieron, nos rendimos’”, explicó Matthew Axelrod, secretario de asistencia del Departamento de Comercio para la aplicación de las normas de exportación. “Se volvieron cada vez más creativos en sus intentos de evasión. Y hemos estado trabajando de forma realmente agresiva de diferentes maneras para tomar medidas drásticas”.

Las autoridades de Estados Unidos y de Occidente afirman que no todo es malo. La producción rusa sigue sin responder al ritmo al que el ejército consume municiones y desgasta sus equipos. Por ejemplo, aunque Rusia está en condiciones de producir 2 millones de cartuchos al año, el año pasado disparó unos 10 millones de cartuchos de artillería. Esto ha llevado a Moscú a buscar con urgencia fuentes alternativas para aumentar sus reservas, la más reciente de las cuales ha sido un acuerdo armamentista con Corea del Norte, según funcionarios estadounidenses y occidentales.

Y aunque Moscú ha tenido éxito en el contrabando de procesadores y placas de circuitos, se enfrenta a una escasez de propulsor de cohetes y explosivos básicos, dijeron funcionarios estadounidenses, material que puede ser más difícil de contrabandear que las placas de circuitos. Es probable que esta escasez limite a Moscú si intenta aumentar la producción de municiones, misiles o bombas.

El aumento de la producción militar de Rusia también ha tenido un enorme costo para la economía rusa, sobre todo por el aumento en las tasas de interés. Según los funcionarios estadounidenses y occidentales, en términos generales, las sanciones han afectado la economía rusa y superar las prohibiciones occidentales a la exportación no ha sido barato. El alto funcionario de defensa de Occidente dijo que Rusia había reasignado casi un tercio de su economía comercial a la producción de armas. Además, el país se enfrenta a una escasez de mano de obra que podría dificultar lograr nuevos avances industriales.

c.2023 The New York Times Company

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