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El día que Ricardo Salinas Pliego despidió a David Faitelson por una crítica incómoda

Ricardo Salinas Pliego es muy celoso de sus negocios. El dinero le ha dado todo y por eso lo cuida como a nada en el mundo. Incluso es capaz de despedir a uno de sus mejores periodistas para tener sus minas de oro a salvo. Así lo ha revelado el propio afectado, David Faitelson, que relató una historia sobre los entresijos del poder televisivo, porque en México no hay nada ni nadie que esté por encima de la salud empresarial.

Faitelson, uno de los comunicadores más reconocidos en el medio, contó en entrevista con el Escorpión Dorado una peculiar anécdota que involucra a dos magnates del Ajusco. Todo comenzó cuando Moisés Saba, entonces dueño del Veracruz y hombre fuerte en TV Azteca, presumió públicamente que él tenía controlados a todos sus periodistas. La afirmación no cayó nada bien ni en Faitelson ni en su jefe inmediato, José Ramón Fernández, que encontraron una punzante forma de responderle a Saba y dejar claro que no obedecían órdenes de nadie.

Ambos, alumno y maestro, hicieron un editorial para un programa en el que hacían apología del periodismo y la libertad de expresión. El tiro les salió por la culata y las consecuencias fueron inmediatas: Salinas Pliego los llamó a su oficina y los dos tenían una idea de lo que iba a pasar, pero no imaginaban hasta dónde era capaz de llegar el mandamás. “¿Ustedes saben que Moisés Saba es mi socio?”, preguntó el empresario, según el relato de Faitelson. “Sí, estamos enterados de que puso 400 millones de dólares para ser su socio”, fue la respuesta.

Salinas Pliego no se tentó el corazón. “Tú eres un pendejo”, sentenció el dueño de TV Azteca a Faitelson para luego hacerle la cruz: “David, tú porque eres el más joven, te vas de la empresa”. Resignado, el comentarista se dispuso a recoger sus cosas y marcharse. José Ramón entró al rescate. Intercedió por él y Salinas Pliego dio su brazo a torcer, o algo así: les dijo que si obtenían el perdón de Moisés Saba, todo estaría arreglado.

Moisés Saba, que murió en 2010 en un accidente de helicóptero, finalmente perdonó a sus periodistas, en gran parte por la buena relación que tenía con Joserra, y así el despido de Faitelson quedó en un mero susto. Un simple editorial de cincuenta segundos era capaz de remover a periodistas que bien podrían considerarse indispensables. Para ese momento, finales de los 90, David Faitelson ya era uno de los rostros más reconocibles de la televisión deportiva mexicana. José Ramón, por su parte, estaba completamente consolidado en las pantallas y en la prensa escrita.

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Las polémicas en torno a Saba y su influencia como directivo en el futbol mexicano son añejas. En 2019 el propio Faitelson, en una discusión con Rafa Puente en Futbol Picante, recordó un episodio que, según él, evidenciaba la existencia de arreglos de partidos en el futbol mexicano. “Tú y yo trabajamos en una empresa donde un dueño arregló un partido. Por dios. ¿No ordenó Moisés Saba, que en paz descanse, cierto resultado en el Veracruz-Morelia?”, expuso el periodista.

TV Azteca siempre ha estado ligado al futbol. Actualmente ostentan la franquicia de Mazatlán, que durante casi treinta años se había asentado en Morelia. Otros equipos como Atlas, Jaguares y el citado Veracruz también han estado en la nómina de la televisora del Ajusco. El poder financiero suele ver con muy buenos ojos al futbol mexicano, ese territorio sin ley ni orden en el que pueden mandar a placer. Y si alguien llega al extremo de ser incómodo, todo es tan fácil como levantar el teléfono.

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