Internacional

Julio Scherer y el pleito entre los poderosos amigos de AMLO que muestra algo peor

En la revista Proceso, fundada por su padre y de la que es accionista, del ex Consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, publicó el pasado fin de semana un extenso texto en el que denuncia acciones en su contra, cuando era secretaria de Gobernación, de parte de la senadora Olga Sánchez Cordero y el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero.

En las semanas recientes en diversos medios de comunicación y en tribunales, se publicaron notas sobre la controversia que sostienen Julio Scherer y el fiscal Alejandro Gertz. De la disputa entre ambos personajes destacan acusaciones mutuas sobre abusos de poder y actos de corrupción. En su escrito en la revista Proceso, Scherer involucra en su confrontación a la senadora Sánchez Cordero y señala que está coludida con Gertz Manero en “los ataques que he tenido que soportar”.

En su texto Scherer reseña sucesos protagonizados por Sánchez Cordero y Gertz Manero con los que urdieron la intriga en su contra. Asimismo, presenta ejemplos en los que el fiscal estaría actuando al margen de la ley y aporta lo que a su parecer es la clave para entender el disgusto de Gertz Manero en su contra.

“A finales del último septiembre un reportaje de Proceso despertó en el fiscal una ira que hasta entonces desconocía y la descargó contra mi persona. Publicado con el título “La casa secreta de Gertz Manero”, bajo la firma de la reportera Neldy San Martín, me atribuyó haber facilitado información para la elaboración del texto.”

El exconsejero Jurídico Scherer manifiesta en la parte final de su texto, lealtad política hacia el presidente de la república y su proyecto de Nación, “es un valor irrenunciable. No podría atentar contra ello.” Justifica sus palabras, como el mecanismo para detener “la infamia que tocó a mis hijos, el nombre de mi padre, a mi familia entera.”

Denuncia que “Olga Sánchez Cordero y Alejandro Gertz Manero deshonran el juramento de guardar y hacer guardar la Constitución en cada uno de sus excesos. La traición habita en ellos.

Termina el texto de Scherer con lo que puede interpretarse como un mensaje dirigido al presidente López Obrador. “Perseguido como hace 22 años, estoy convencido de que el país no podrá cambiar del todo mientras la justicia sea rehén de hombres como Gertz Manero.

“Los delitos en los que ha incurrido son cada vez más evidentes: el uso de recursos públicos en sus asuntos personales y la persecución contra quien pueda resultarle un estorbo para resolverlos es una constante.

“Su fiscalía no tiene contrapesos constitucionales y hoy es un peligro.”

En su conferencia de prensa mañanera el presidente López Obrador manifestó: “Nosotros no vamos a meternos en esas diferencias, no queremos participar en eso. Nosotros estamos dedicados de tiempo y alma a la transformación de México. El presidente está ocupado en otros asuntos y tengo yo que priorizar”.

Andrés Manuel López Obrador y Julio Scherer Ibarra | Foto: BERNARDO MONTOYA/AFP via Getty Images)
Andrés Manuel López Obrador y Julio Scherer Ibarra | Foto: BERNARDO MONTOYA/AFP via Getty Images)

De esta controversia destaca que se da entre personajes cercanos, integrantes del círculo más estrecho del presidente López Obrador. El texto contiene diversos mensajes referidos a las denuncias que hace Scherer sobre los abusos de poder y actos de corrupción en los que incurrieron Olga Sánchez Cordero y Alejandro Gertz Manero, pero también están presentes, en otros medios, las denuncias que en esa misma línea hicieron en contra de Scherer.

La confrontación entre los “íntimos” de López Obrador revela que el “Palacio de la pureza” en el que habita el presidente no está exento de las ambiciones de los que lo rodean. Del texto se desprende que todos son instrumento al servicio del presidencialismo y que este premia o castiga, según su humor.

La no intervención del presidente en esta confrontación “fraterna”, que favorece al fiscal Gertz Manero, encuentra explicación en la actitud incondicional que deberá observar el fiscal cuando López Obrador ya no esté en el poder y requiera de un “defensor a toda prueba” que lo ponga a salvo en un escenario adverso.

El mensaje de Scherer debe interpretarse como la advertencia de que la lealtad del fiscal no está garantizada para López Obrador, cuando deje la presidencia.

La respuesta del presidente es un mensaje dirigido a Scherer, principalmente, significaría que no es tan hermano como supone, que sus pleitos no le importan, que tolera e ignora las confrontaciones de sus cercanos y que lo hace porque lo benefician ahora o después. No es traición, así se llevan.

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